El principio ético central es la Regla de Oro de la noviolencia: «Cuando tratas a los demás como quieres que te traten, te liberas» que se formula de distintas formas en cada cultura o religión.

Se caracteriza porque ante diferencias de opinión y puntos de vista o emociones fuertes y rechazos rotundos o encerramiento, realizamos prácticas en 8 pasos para reconocer las virtudes que nos permiten salir de la situación de tensión física o clima emotivo y podamos integrar la situación.

A diferencia de otros grupos, las comunidades noviolentas no solo compartimos intereses comunes, sino que también integramos activamente la diversidad y promovemos el trabajo en equipo para el beneficio de todos y nuestro medio inmediato.

La formación, desarrollo y multiplicación de comunidades noviolentas requieren una práctica sostenida y compartida en grupos de la Regla de Oro en su forma simple “el trato que pido doy” o en los ejercicios en dos, cuatro u ocho pasos que son la base para desarrollar una moral y una ética en las comunidades guiando las interacciones diarias hacia un comportamiento empático y noviolento.

Las comunidades noviolentas enfrentamos los desafíos de la sociedad actual como la concentración, la aceleración y la polarización  con la Regla de Oro que nos permite construir y reconstruir relaciones basadas en  la colaboración que se logra con las respuestas diferidas noviolentas.

Las comunidades noviolentas juegan un papel crucial en la promoción de la paz por la noviolencia de la Regla de Oro para avanzar hacia la igualdad social, inspirando nuevas formas de convivencia y acción colectiva basadas en principios de acción válida que llevan a una nueva solidaridad.